Sobre la bahía y dando marco a un espacio de la ciudad fuertemente
caracterizado por el puerto, se ubica el edificio de la Dirección
Nacional de Aduanas, producto de un concurso realizado en 1923 cuyo
primer premio correspondió al arquitecto Jorge Herrán. Suscrito a los
lineamientos de la arquitectura moderna de la época e incorporando la
verticalidad propia del Art Déco, la propuesta destaca por la sencillez
constructiva, funcional y expresiva, propia del carácter de un edificio
administrativo. Distribuye las dependencias en forma perimetral,
generando dos grandes espacios longitudinales de múltiple altura,
interrumpidos por un pasaje que comunica la rambla con el borde
portuario. Su importante silueta rematada por una torre visible desde la
bahía, convierten al edificio en símbolo reconocible del perfil urbano.
Es Monumento Histórico Nacional desde 1975.
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