Un niño canillita, descalzo, con sus diarios bajo el brazo, luce arrodillado en la entrada del Gran Hotel Salto. Parece esperar algún cliente entre las personas que salen o algún resto de comida del restaurante. Este niño, de quien ignoro todo dato, ha dado el nombre a mi blog y su tierna imagen luce en la portada a modo de homenaje anónimo...
Fotografía del Archivo Barrios Pintos
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