A partir de la última década del siglo XIX se promovió la formación de industrias textiles mediante el establecimiento de leyes proteccionistas. Se procuró utilizar la lana, una materia prima que el país producía en abundancia. Una de las primeras empresas fue la creada por los hermanos Lorenzo y José Salvo. En 1905 se estableció la primera hilandería y la producción tuvo un crecimiento gradual. Los investigadores Magdalena Camu y Silvana Maubrigades en el estudio “La evolución de la industria textil uruguaya” sostienen que “…Este crecimiento se vio reflejado también en la incorporación de trabajadores, contando el sector en su conjunto con un total de 1408 obreros, el 6% de la industria manufacturera en su conjunto.”
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